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Razones para vender mi compañía

Diego Felipe Santana G.
Por:
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Todo emprendedor, empresario o socio de una compañía, se ha enfrentado o enfrentará el reto de vender la compañía. Pero ¿Cuáles son las razones que los llevan a la decisión de venta? ¿Cuándo es el momento ideal para realizarlo?, o, se preguntarán ¿Qué debo hacer para prepararme o preparar a la compañía previo a este proceso?

Nosotros como consultores traemos a la mesa de conversación este tema, y aunque no tenemos la receta perfecta para responder estas preguntas, con nuestra experiencia, y en conjunto con nuestro cliente, podemos irlas respondiendo caso a caso.

Entonces vamos por pasos. Parte del plan de vida de toda persona es dejar de trabajar o pensionarse en algún momento. Para el caso de un emprendedor o empresario familiar, este paso no siempre es visible en el futuro, ya que, en muchas ocasiones, son los únicos responsables del negocio, con una familia poco (o nulamente) involucrada, y sin un plan de sucesión que garantice la continuidad del negocio. Otras veces simplemente se tiene la creencia que es el único que conoce y puede llevar bien el negocio, con poca confianza en la familia directa.

Las anteriores, son situaciones válidas y reales que nos llevan a plantear diferentes soluciones. Pensar en la venta de la compañía a un tercero es una de ellas.

Acerquémonos a un caso de la vida real, un empresario del sector automotor que había recibido la empresa de su padre (ya era la segunda generación). Los hijos de este señor habían recibido educación superior en el exterior, establecido sus vidas lejos de la empresa en otros países, desempeñado altos cargos en otros sectores, y no estaban interesados en manejar el negocio. El padre sabiendo esto, empezó a buscar a quién darle la posta del negocio, ya fuera un empleado o un familiar medianamente cercano que se hiciera cargo de este y rindiera cuenta a los accionistas. Pero esto no era sencillo, encontrar esa persona idónea que cumpliera con los requisitos y gustos de todos, era una tarea apoteósica. 

En una conversación de trabajo con este señor, le sugerimos la venta total o parcial de la compañía. Aunque al principio fue reacio a la idea, finalmente accedió a analizar la decisión. Algunas de las razones por la cuales contempló esta idea fueron: volver efectivo o caja el trabajo de toda una vida para disfrutar y pensionarse, evitarles un problema mayor a sus hijos más adelante y hacer una planeación patrimonial más sencilla.

Una vez consensuada la idea en familia y entre accionistas, la labor era empezar el proceso. Lo primero, contratar el equipo de asesores para llevar la transacción a feliz puerto. Los asesores, nosotros, nos pusimos en la tarea de diagnosticar la compañía, dar un rango de valor de esta y listar los posibles compradores.

En el proceso nos dimos cuenta de ciertas situaciones a corregir en la empresa para generar valor al vendedor, entre las cuales estaba el mejorar la información de la compañía, tal como la información contable y financiera, comercial, laboral, y legal. 

Como suele suceder con las empresas familiares, la información financiera no está dirigida para el control de la compañía (más con un enfoque de cumplimiento para temas fiscales), la información comercial no es precisa ni concilia con contabilidad (como por ejemplo incluían ventas no facturadas). No existía control ni seguimiento de los procesos legales ni laborales o no se tenía registro y seguimiento de las propiedades de la compañía (no todo estaba bien registrado en libros).

Empezamos un trabajo en conjunto con la gerencia para preparar la compañía lo mejor posible para la venta. Entre las principales tareas estuvieron: revisar las políticas contables, la preparación de reportes financieros y de gestión, revisión de las cifras, establecer métricas de control gerencial, buscar mejorar el capital de trabajo y nivel de endeudamiento por medio de negociaciones con proveedores, clientes, banco, entre otras acciones. El proceso, que tomó más tiempo de lo inicialmente planeado, fue todo un éxito. 

Y ¿Por qué decimos que fue un éxito?, porque el proceso de debida diligencia por parte del comprador y de los otros interesados fue sencillo, sin hallazgos significativos que afectaran la transacción. El valor de venta estuvo por encima del rango inicial estimado y aceptado por los accionistas. El proceso de toma de control y delegación de la entidad fue sin contratiempos llegando en las condiciones esperadas.

Por su parte el comprador, pudo poner el pie en el país adquiriendo una empresa consolidada y rentable. Contando con información confiable que usó para valorar la oportunidad, establecer estrategias y metas, y tomar control sin tropiezos.

Finalmente, nuestro cliente entre nostalgia y orgullo entregó su compañía a un grupo económico del exterior con el que se sintió más cómodo y confiado durante el proceso. Tomó el pago de sus acciones, repartió entre sus hijos lo que consideraba justo y se retiró de la gerencia. Dedicando su tiempo entre viajes, familia y su gran hobby, la pesca en mar abierto.

 

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